Picasso primeras obras

La primeras obras de Picasso

Picasso nació en la malagueña Plaza de la Merced, el 25 de octubre de 1881. Su padre, José Ruiz Blasco, era profesor en la Escuela Provincial de Artes y Oficios Artísticos de Málaga (Escuela San Telmo, situada junto a la Plaza de la Constitución, reconvertida actualmente en sede del Ateneo), trabajo que compaginaba con el de conservador del Museo Municipal,  en una de cuyas salas vacías había montado un estudio. José Ruiz Blasco, un pintor no demasiado dotado,  era especialista en pintar palomas.

Nacimiento e infancia de un genio

La Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Málaga, Picasso primeras obras

El estudio de su padre, en el Museo Municipal, y la Escuela de Artes y Oficios Artísticos, fueron los lugares donde el jovencísimo artista entró en contacto con el mundo del arte. A partir de 1886, con 5 años, Picasso comenzó a asistir a la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Málaga, iniciándose en el dibujo  de modelos geométricos y, más tarde, en la reproducción, con lápiz y carboncillo, de vaciados en yeso de esculturas clásicas,  apuntes del natural, he incluso, en el modelado.

En la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Málaga, Picasso recibió lecciones del valenciano, Antonio Muñoz Degrain, un pintor de cierta fama como autor de paisajes y cuadros de historia, contratado en el año 1870 para decorar el nuevo Teatro Cervantes. Sin duda, además de su padre, Muñoz Degrain, gran amigo de la familia, fue la persona que más animó y enseñó al joven artista durante sus años infantiles y juveniles. Muchos años después, el artista reconocería el gran respeto que le merecía su antiguo maestro.

No pareció tener el mismo reconocimiento por otro de sus antiguos maestros de taller, el malagueño y amigo de su padre, José Moreno Carbonero, pese a ser un pintor más reconocido y de mayor calidad.

En cierta ocasión —nos encontramos en 1943—,  estando Picasso observando los dibujos de un niño llamado Etienne Didier, dijo:

“ yo no tuve ese genio, mis primeros dibujos no hubieran podido jamás figurar en una exposición de dibujos infantiles. No tenía siquiera la torpeza del niño, ni su ingenuidad. Superé rápidamente la época de esa maravillosa visión… A la edad de ese chiquillo, yo hacía dibujos académicos; su minucia, su exactitud, me horrorizan. Mi padre era profesor de dibujo y fue él, probablemente, quien me empujó, desde muy pronto, en aquella dirección” .

No cabe duda de que, si bien don  José Ruiz abocó a su hijo, desde muy temprana edad,  a pintar “como los mayores”, Picasso aprendió de su padre los rudimentos del oficio y el gusto por el trabajo bien hecho.Se conserva un cuadro (Pareja de ancianos) realizado en Málaga,  con fecha de 1891, en el que podemos apreciar las precoces facultades del pequeño genio. Se trata de una obra costumbrista, pintada en tonos ocres, representando a  un par de ancianos sentados frente a una alacena. Una obra un tanto rudimentaria, realizada, muy posiblemente, con la ayuda de su padre, pero que resulta sorprendente si pensamos que ha sido realizada por un muchacho de 10 años.

De Málaga a La Coruña. Primeras obras de Picasso

En 1887, don José Ruiz y su mujer, María Picasso y López, tuvieron una hija. Con el fin de mejorar su economía, en septiembre de 1891 (faltaba un mes para que Pablito cumpliera los 10 años), la  familia (los padres, Lola, Conchita Picasso y el joven artista), se traslada a vivir a La Coruña, donde el padre de Picasso acepta el cargo de profesor de dibujo en el Instituto de segunda enseñanza de la ciudad. La casa familiar estaba ubicada en la calle de Payo Gómez, número  14, segundo piso,   muy próxima al instituto donde el padre de Picasso daría clases y dónde Pablo no tardaría en recibirlas. Una casa de arquitectura popular  con galerías de madera, en la que el pintor residió  de 1891 a 1895 y que, en la actualidad, ha sido convertida en la Casa Museo Picasso.

A los pocos meses de llegar a La Coruña, la hermana pequeña de Picasso,  Conchita, murió de difteria. Su otra hermana, Lola, le serviría de modelo ocasional durante muchos años. Además de su hermana,  en Galicia, Picasso pintará escenas al aire libre: la playa de Riazor, el puerto, pescadores, barcas, el faro (La Torre de Hércules)…

En la Coruña, Picasso se enfrentará también con temáticas que le serán muy queridas en épocas posteriores (las palomas, los toros, los faunos…).

Las primeras grandes obras de Picasso

En 1895, Picasso realiza uno de sus primeros grandes dibujos, dibujo en  el que, además de la firma (P. Ruiz Picasso), el joven artista añade el título: “Esperando la vez“.  Se trata de una muchacha de pie junto a un balde de madera (una aguadora).

Lo que podemos ver en estas tempranas obras es que Picasso había alcanzado la técnica suficiente para pintar “como los mayores”. Tal desarrollo inspiró la leyenda, que narra el historiador y poeta inglés  Roland Penrose:

“Don José se había ido haciendo perezoso y raramente salía ya de casa sino para ir a misa. Cuando no  permanecía en la ventana observando la lluvia. Una tarde en que el tiempo era menos agresivo marco a su hijo una tarea y se fue a dar un paseo por la Alameda… A su vuelta las palomas  estaban concluidas con tal fidelidad en sus patas, que don José, en un arranque de emoción, entregó bruscamente a Pablo sus propios pinceles, colores y paleta, afirmando que el talento de su hijo estaba ya maduro, realmente mucho mayor que el suyo, y que ya nunca volvería a pintar”.

Con apenas 14 años, Picasso realizó su primera exposición de cuadros en el escaparate de una mueblería de la Calle Real. “Continúe así y no dude que alcanzará días de gloria y un porvenir brillante”, escribía el crítico de La Voz de Galicia.  Por supuesto, si nos atenemos a las ventas, la exposición fue un fracaso, pero no cabe duda de que la experiencia afianzó la confianza del muchacho en sus propia dotes.

Durante su etapa en La Coruña, Picasso, realizó alrededor de 200 obras. En 1895, pinta “La muchacha de los pies descalzos“, una obra en la que se aprecia claramente un desarrollo de sus capacidades técnicas y compositivas y que puede ser considerada como su primera obra maestra. Sentado en una silla, vemos auna joven ataviada con un vestido rojo y un pañuelo blanco sobre los hombros. Una obra de carácter academicista, en la que si bien se aprecia cierta desproporción en la pierna derecha,  Picasso deja constancia de un dominio técnico del claroscuro, de los contrastes y de las emociones. Cabe destacar, igualmente, sus lienzos “El hombre de la gorra” (una obra de carácter clásico en el que, ante todo, predomina una estudiada utilización de la luz y del contraste, junto a una tímida expresión del movimiento), Retrato de anciano barbudo (Mendigo), Responso por la muerte de ConchitaCabeza de viejo (Viejo peregrino), Hombre con boina,  o el Retrato de Modesto Castilla vestido de moro, obra pintada con 14 años y que, en el 2012, se subastó por 2,6 millones de euros. Richardson, en el  catálogo de la galería Knoedler de New York, (el cuadro aparece como  “Man in a Cowl”, Hombre con Capucha), al referirse a esta obra nos dice:

“Lo que nunca deja de sorprenderme es la memoria tan clara de Picasso. Cuando las cosas le interesan lo recuerda casi todo. Por ejemplo del primer cuadro de la exposición dijo: ”El modelo quería que le tomaran por un árabe, pero no tenía una chilaba, así que le puse un albornoz. Sólo tenía catorce años cuando lo hice”.

En el mismo catálogo se hace notar que “este es uno de los primeros retratos de Picasso y que el modelo era Modesto Castilla, hijo natural de don Ramón Pérez Costales, Ministro de Educación en el gobierno de la primera República  española y amigo íntimo del padre del artista”. 

Por cuestiones de azar, don José permutó su puesto de profesor en La Coruña por la de profesor en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona. Antes del traslado, los Picasso pasaron el verano en Málaga, donde Pablo recibió de su tío Salvador una beca diaria de 5 pesetas, además de facilitarle una de sus oficinas en el puerto para que le sirviera de estudio. Allí Picasso llevó a cabo numerosos dibujos y pinturas,  entre otras, el Retrato de su tía Pepa Ruiz, una solterona beata y un tanto irascible.

Admisión en la Escuela Provincial de Bellas Artes de Barcelona

En septiembre de 1895 Picasso fue admitido en  la Escuela Provincial de Bellas Artes de Barcelona, faltándole un mes para cumplir los 14 años requisito mínimo de edad para ser admitido en la Escuela. Picasso lleva a cabo estudios de modelos de escayola y  del natural, compaginándolo con copias de diferentes maestros. Se conserva, por ejemplo, un desnudo femenino de espaldas, copia de un óleo de Arcadi Más  i Fontdevilla (Museo de Arte Moderno de Barcelona).

Además de los trabajos puramente académicos, los estudiantes eran animados a realizar trabajos y estudios de carácter libre, lo que sirvió a Picasso  de aliciente para una larga serie de bocetos y dibujos llevados a cabo en esa época. 

“La primera comunión” y “Ciencia y caridad”

Todo el trabajo de aprendizaje alcanzó su máxima expresión en dos cuadros de carácter históricos, sugeridos por su padre, y realizados en los años 1896 y 1897. Estamos haciendo referencia a “La primera comunión” y “Ciencia y caridad“, en la que don José sirvió  como modelo tanto para el hombre situado a la izquierda de la niña (su hermana) que recibe la primera comunión como  para el médico que sostiene la mano de la convaleciente.

Se trata de pinturas de cuño académico sentimental, en la línea de los cuadros de historia de Eduardo Rosales, Pradilla o Mariano Fortuny. Sin embargo Picasso pronto empezó a rebelarse contra esta concepción del arte. Para solventar la crisis, su padre le envió en el invierno de 1897 a la Academia Real de Bellas Artes de Madrid, donde entre otras, participó en las clases de Moreno Carbonero. Pero la decepción era ya irrefrenable y, en junio de 1898, Picasso interrumpió sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de Madrid, dedicándose de lleno a sus propias creaciones y a copiar a los grandes maestros del Museo del Prado (se conserva de esta época la copia que hizo del retrato de Felipe IV de Velázquez, hacia 1897).

Así, con 17 años, Picasso da por acabado sus estudios academicistas y se enfrenta a su propio camino.

¿Dónde vivía Picasso?

A lo largo de su dilatada vida, Picasso, vivió en diferentes ciudades y países. Nació un 25 de octubre de 1881, en Málaga. Con poco más de 10 años pasó a vivir a La Coruña. En 1895 la familia Picasso fijó su residencia en Barcelona.
A los 20 años, el artista se instala, provisionalmente, en París. En 1904 pasa a residir, definitivamente, en su estudio de París. En 1914 se traslada a vivir a Aviñón. En 1917 vuelve a París. En 1930 compra el château de Boisgeloup en Normandía, donde instalará su taller de escultura. En 1937 regresa a París. En 1947 se traslada a Vallauris (Provenza), donde trabajará con pasión la cerámica (en esta ciudad nacieron sus dos hijos). A partir de 1949 compagina sus estancias en la costa Azul (Antibes, Vallauris, Cannes o Mougins, finalmente) con París. En 1955 adquiere la villa “La Californie” (Cannes), donde se instala con Jacqueline. En 1973 muere Picasso, en Notre-Dame-de-Vie, en Mougins, siendo enterrado en el jardín de su castillo de Vauvenargues.

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